Borges, un escritor pet friendly

Borges, un escritor pet friendly

Maestro del arte de la escritura, Jorge Luis Borges es recordado como uno de los escritores más importantes de la historia argentina. Su habilidad para las lenguas lo llevó a marcar un estilo personal y convertir sus obras literarias en un mundo lleno de sorpresas.

Con ironía y humor, Borges revolucionó la literatura latinoamericana y reflejó el poder de la cultura transnacional. Demostraba su brillantez e inteligencia a través de escritos con premisas filosóficas, mezcla de lo fantástico, paradojas, y el uso de recursos de la crónica.

Pero si hay algo que caracterizó a este brillante escritor es su amor incondicional por los gatos. Se dice que desde chico le encantaba dibujar tigres y, de hecho, escribió obras sobre estos felinos, como El oro de los tigres  y Tigres Azules.

A lo largo de su vida tuvo dos gatos, Odín y Beppo. Como todo amante de la literatura, los nombres provenían de obras importantes: Odín era el dios de la mitología nórdica y Beppo, por el libro de Lord Byron.

Aunque en realidad el nombre de Beppo en un principio era más ordinario. En realidad el gato se llamaba  “Pepo”  por el delantero de River Reinaldi, a quien apodaban “La Pepona”. Pero como no le gustaba mucho, decidió cambiarlo y ponerle Beppo como el gato de Byron. Obvio que el gato ni cuenta se dio que habían cambiado su identidad de un día para otro, es que con tal de ser el gato de Borges cualquier nombre le venía bien.

Beppo era un gato blanco reluciente que tenía admiración por el maestro. Estaban juntos todo el día. Le gustaba jugar con los cordones de los zapatos y dormirse en su regazo. Muchos decían que Beppo no tenía un muy buen carácter, pero con Borges se llevaba espectacular.

La ama de llaves de Borges, Fanny Uveda, contó que una vez vio a Beppo observarse en el espejo y asombrado por su reflejo, creyó que era un rival. Cuando Fanny le cuenta esta anécdota al escritor, éste le dedicó un poema que lo llamó “La Cifra”:

El gato blanco y célibe se mira

en la lúcida luna del espejo

y no puede saber que esa blancura

y esos ojos de oro que no ha visto

nunca en la casa son su propia imagen.

¿Quién le dirá que el otro que lo observa

es apenas un sueño del espejo?

Me digo que esos gatos armoniosos,

el de cristal y el de caliente sangre,

son simulacros que concede el tiempo

un arquetipo eterno. Así lo afirma,

sombra también, Plotino en las Enéadas.

¿De qué Adán anterior al paraíso,

de qué divinidad indescifrable

somos los hombres un espejo roto?

Beppo murió luego de 15 años, cuando el escritor ya estaba ciego. Fue algo que lo entristeció muchísimo, ya que habían compartido muchos años de su vida juntos.

Por su parte, Odiín, no fue tan famoso como Beppo, pero sí ocupó un gran lugar en el corazón de Borges. Este gato atigrado, vivió diez años más que el escritor y quedó al cuidado de Fanny y  María Kodama, a quien le dejó todos sus bienes.

Borges y sus gatos

 Borges entendía mejor que nadie a los gatos. Entendía su amistad y fidelidad. Una vez dijo: “Nadie cree que los gatos son buenos compañeros, pero lo son. Estoy solo, acostado, y de pronto siento un poderoso brinco: es Beppo, que se sienta a dormir a mi lado, y yo percibo su presencia como la de un dios que me protegiera”.

Beppo y Odín fueron unos afortunados, compartieron vida con un genio de la literatura y las letras. Su vida debe haber sido un libro lleno de sorpresas, bien al estilo de Borges. Además de ser recordado por su legado, también lo será por su vida pet friendly.

By: Sara Infante

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