El Perro Polar Argentino, una historia pet friendly

El Perro Polar Argentino, una historia pet friendly

El perro es el mamífero más diverso de todos. A lo largo de los años fuimos testigos de una innumerable cantidad de razas, que hoy se encuentra cerca de las 400. Pero la realidad es que hubo muchísimas más, nada más que por diversas razones se fueron extinguiendo.

Una de ellas fue el Perro Polar Argentino, los canes estrellas de las bases argentinas en La Antártida. Si bien poco se conoce sobre su paso por la tierra, su historia es realmente increíble.

En 1974 , el Teniente Coronel Hernán Pujato vio la necesidad de conocer a fondo el Territorio Antártico Argentino. Por esta razón, estableció bases operativas con personal entrenado y medios necesarios para trabajar y sobrevivir en esos climas tempestuosos. 

El principal desafío para los habitantes de estas bases era el transporte. Dado que en ese momento los avances tecnológicos no eran como los de hoy, el único medio más eficiente era el trineo traccionado por perros especiales.

Las bases comenzaron a desarrollar y criar sus propios ejércitos de perros destinados a las misiones de exploración e investigación. Pero con cada viaje que hacían, se daban cuenta que necesitaban de perros super eficientes, que se desplacen rápido y con mucha seguridad. 

Por esta razón, un equipo de más de treinta suboficiales, enfermeros y veterinarios argentinos del Ejército se dedicaron a crear una raza  que fuera capaz no solo de arrastrar grandes cargas durante  largas distancias, sino también que fueran fáciles de criar y mantener. Así nace el famoso Perro Polar Argentino, como cruza de Husky Siberiano, Alaskan Malamute, Groenlandés y Spitz Manchuriano.

Expediciones en la Antártida con perros polares

Perros polares

La jauría de perros polares eran el medio indispensable para poder hacer misiones sobre hielo continental, hielo de mar o terreno nevado. Tenía una gran percepción instintiva que le permitía darse cuenta de posibles  accidentes peligrosos en el terreno, que no eran perceptible por el ojo humano, así como también percibían la tormentas que se acercaban. Su sentido de orientación era excelente, lo que los hacía el medio más confiable para moverse de una lado a otro.

Todo esto se debía a que sus capacidades y cualidades fueron genéticamente diseñadas para que pudieran cumplir con las tareas requeridas. Era un perro corpulento que pesaba alrededor de los 60 kg, con un triple pelaje y capa subcutánea de 2 cm de espesor que lo protegían de las altas temperaturas. Además, su boca tenía dientes muy afilados que le servían para desgarrar, cortar o triturar cualquier obstáculo que se le presentaba.

Su atributo fundamental era su capacidad tractora que duplicaba la de cualquiera de las razas que le dieron origen. En números, un total de 11 perros polares podían arrastrar un trineo cargado con 1 tonelada a 50 km/h por 6 horas. 

Eran perros realmente extraordinarios con capacidades nunca antes vistas en perros similares. Pero el más destacado fue Poncho, que se ganó el corazón de los trabajadores de las bases por su increíble capacidad de alarmar cuando había una grieta o agujero oculto. Incluso, gracias a sus sentidos incomparables, fue capaz de guiar con exactitud a un equipo de rescate hasta los sobrevivientes de un accidente de avión, quienes fueron rescatados en su totalidad.

Perros polares en la Antártida

El desenlace de esta historia pet friendly

La extinción del Perro Polar vino con el Tratado Antártico, que obligó a la Argentina a retirar todos los perros de la Antártida por ser considerada una especie exótica, es decir, que no era propia de la zona. Al ser un perro carnívoro, se alimentaban de otras especies, por lo que decidieron trasladarlos a la Argentina para preservar el ecosistema.

Pero pocos sabían que estos perros eran una contribución enorme al ecosistema, porque eran un medio de transporte súper ecológico. Debido al tratado, fueron reemplazados por tractores que funcionaban con combustibles y terminaron por  contaminar significativamente la Antártida.

La mayoría de los perros fueron trasladados a la Patagonia, pero al haber servido por 43 años en la nieve sin contacto con otros perros,  perdieron la inmunidad natural a las enfermedades más comunes, provocando su rápida extinción. 


Los perros polares forman parte de la historia de las mascotas, porque ellas además de prestar servicio al hombre, se convirtieron en los mejores amigos y familias de todos los investigadores y exploradores que trabajaban en la base antártica. Como comunidad pet friendly, recordamos a estos asombrosos perritos que más de una vez se convirtieron en héroes.

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