Gaby y Troya exploran juntas la vida pet friendly
Hoy les traemos a Gaby, una educadora que ama la vida pet friendly, y a Troya, su perra. Nos cuenta su experiencia con sus propias palabras sobre educación canina y vivir con perros.
Educación canina y lifestyle pet friendly
Soy Gaby, educadora canina y tutora de Troya. Desde que tengo uso de razón amo a los perros profundamente.
Troya llegó a mi vida hace 5 años. Una negra hermosa, mestiza con algo de labrador, quien me acompaña a todos lados. A mi familia y amigos no les extraña mi pregunta “puedo ir con Troya?” y a algunos ya ni les tengo que preguntar, lo dan por hecho. Vamos a comer juntas, a tomar café y de vacaciones. Por suerte la comunidad pet friendly es cada vez más grande y me lo permite.
La negra no es especialmente mimosa, pero a veces me sorprende pidiendo caricias, empujándome la mano con su hocico o con un ataque de amor repentino, donde se me tira encima y me llena de besos. Sobre todo si estoy en el piso haciendo gimnasia, o viendo una película en el sillón.
Ama el agua y no duda demasiado a la hora de zambullirse en cualquier fuente, lago, rio o mar que se le cruce por el camino. No le gusta tanto la lluvia, pero si los charcos!! Disfruto verla chapotear y llenarse de barro. Es tan feliz en ese momento, y me llena de tanta alegría verla así que en ese instante, el concepto de “suciedad” queda olvidado por completo. En ese momento está “siendo perro”.
No le gusta que un perro se le acerque de frente (en realidad esto es sinónimo de mala educación en el idioma canino), y se los hace saber, yéndose rápido de la situación, o si esto no es posible se lo comunica con un gruñido o mostrando los dientes.
Con las personas desconocidas es precavida, no le gusta que la toquen y menos en la cabeza. Solo te pedirá mimos una vez que entre en confianza (después de olerte, estudiarte y analizarte). Con algunas personas es instantáneo y con otras le toma más tiempo.
La negra fue el empujón que me faltaba para entrar al mundo de la educación canina y gracias a eso la comprendo realmente. No la fuerzo a situaciones que no le gustan, la guio y apoyo cuando tiene miedo. También entendí que un perro no tiene por qué ser amigo de todos los perros.
Entendí que sus necesidades van mucho más allá que solo darle de comer todos los días, sacarlos a dar una vuelta para que hagan pis, llevarlos periódicamente al veterinario y jugar de vez en cuando.
Los perros necesitan tener una rutina estable de paseos diarios donde puedan oler todo lo que quieran y explorar nuevos lugares, necesitan actividades de masticación, de resolución de problemas, desgarrar y roer, entre otras cosas que son innatas en ellos.
Me encantaría poder decirle que gracias a ella, me animé a perseguir mis sueños y explorar el lifestyle pet friendly.
