John Lennon y sus obsesión por las mascotas felinas.

Si hay alguien que no necesita introducción es el increíble John Lennon, quien junto a los Beatles pasaron a la historia como una de las bandas musicales más importantes de todos los tiempos. Sus temas rockeros todavía inundan nuestra vida con alegría y nos hacen  disfrutar plenamente de la música. Hoy les traemos la historia de los gatos de Lennon.

Pero además de ser uno de los cantantes más influyentes, Lenon fue un implacable defensor de los derechos civiles y se volvió un activista de la paz mundial. Quizás, además de sus increíbles letras, su frase más célebre fue aquella que dice “Hagamos el amor y no la guerra”.

El amor que profesaba no solo estaba plasmado en las canciones que escribía, sino también en su adoración por las mascotas, en especial los felinos. Desde pequeño, los gatos se convirtieron en una constante en la vida del ídolo, quien luego compartió este fanatismo con su esposa Yoko Ono. Para John, los felinos simbolizaban la libertad, por eso estar en compañía de uno de ellos era indispensable. Él mismo confesó que tenía “algo” con los gatos. 

Primeras mascotas

El primer gato de John, cuando vivía en Liverpool, se llamaba Elvis. Su madre, fanática ferviente,  lo había llamado así por el famoso Elvis Presley. Pero un día, la familia fue sorprendida cuando Elvis dio a luz a una camada de gatitos, entendiendo entonces que se habían equivocado y Elvis no era macho, sino hembra. De todos modos, era tal el fanatismo de la madre de Lenon que continúo llamándola Elvis. 

Además de este gatito con crisis de identidad, John creció con muchos otros gatos porque su tía Mimi también los adoraba. En su casa siempre había felinos, pero, en el momento que John comenzó a vivir con ella, estos se multiplicaron, porque siempre que el cantante encontraba a un gatito abandonado en la calle, se lo llevaba a su tía para que lo cuidara y alimentara.

Los gatos de Lennon

Dentro de la larga lista de felinos de Lennon encontramos a Tincho y Sam, que vivieron junto a él en Liverpool cuando asistía a la escuela de arte. Luego estaba Tim, un gato rayado al cual habían encontrado en la nieve y su tía Mimi le había permitido quedárselo, convirtiéndose así en un integrante más de la familia. Cuando se casó con Cynthia, primero adoptaron dos gatos, Mimi y Babaghi, pero más tarde llegaron a tener una decena.

El gato Jesus (Jesús), es uno de los más reconocidos porque fue la sarcástica respuesta de John a la controversia de 1966:  «Los Beatles son más grandes que Jesús». De todos modos, no fue el único miembro de la banda que tenía un gato con ese nombre, sino que Pual Macartney también había adoptado a tres gatos a quienes llamó Jesús, José y María. 

Major (Mayor) y Minor (Menor) fueron el fruto del romance que el cantante tuvo  con sus secretaria a mediados de los 70. Un buen día, ella apareció con una caja con seis gatitos y, sin poder resistirse, se quedaron con dos.

John y Yoko

Ya casado con Yoko Ono, la pareja adquirió dos gatitos, uno blanco y otro negro, a quienes con un humor llamaron Pepper (Pimienta) al primero y Salt (Sal) al segundo. Luego tuvieron a Gertrude y Alice, dos gatos Azul Ruso quienes no tuvieron un final feliz. Gertrude fue diagnosticada con un peligroso virus que podía poner en riesgo la vida de Sean, el hijo de Lennon, por lo que fue sacrificada. Más tarde, Alice saltó por la ventana del edificio y murió al instante. Sean recuerda ese día como la única vez que vio a su papá llorar.

John, Yoko y sus gatos

En sus últimos años, el cantante tuvo tres gatos llamados Misha, Charo y Sasha. Como todo artista, Lennon adoraba dibujarlas y pintarlas. Incluso, usó algunas de estas ilustraciones en sus libros. 

Los gatos de Lennon

El increíble John Lennon no solo es recordado por su contribución al mundo de la música, sino también a su vida pet friendly, o mejor dicho cat friendly. Este ser dotado de arte y creatividad, pone una vez más en evidencia la importancia de las mascotas en la vida de los grandes artistas de la historia.

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