¿Cómo mejorar la convivencia entre perros y gatos?

¿Cómo mejorar la convivencia entre perros y gatos?

La convivencia entre perros y gatos es un tema que ha intrigado a amantes de los animales durante generaciones. En verdad, se suele considerar a estas dos especies como rivales naturales, pero la realidad es que con el enfoque adecuado, pueden vivir juntos en armonía y convertirse en amigos inseparables. 

Los perros y los gatos son dos especies muy diferentes y se ven mutuamente como presas potenciales. Además, cada una evolucionada para fines distintos y cada una cuenta con un lugar único en su relación con la humanidad. Pero esto no significa que no puedan llevarse bien. 

En esta nota, exploraremos estrategias y consejos para mejorar la convivencia entre perros y gatos y así brindarle a los dueños de mascotas las herramientas necesarias para crear un ambiente de amor y respeto en su hogar, donde sus compañeros de cuatro patas puedan coexistir felizmente.

Convivencia entre perros y gatos: ¿por qué se los considera rivales naturales?

convivencia entre perros y gatos

La historia del perro

Mediante pruebas arqueológicas, se llegó a la conclusión de que los perros evolucionaron en compañía del hombre como especie social. Compartían el mismo hábitat y cazaban las mismas presas. Tanto si el hombre adoptó cachorros de lobo huérfanos como si los perros salvajes optaron por permanecer cerca de los asentamientos humanos para aprovechar las «sobras», los perros modernos son el resultado de la capacidad de sus antepasados para aceptar alimentos y comer en presencia de los humanos. Los consiguientes lazos estrechos entre las personas y sus cachorros son el resultado de los puntos en común entre ellos.

La historia del gato 

Los egiptólogos sugieren que los egipcios ya domesticaban gatos salvajes africanos en el año 3500 a.C.. Parece ser el resultado de que el gato siguiera a los roedores, serpientes y otras plagas que se reunían alrededor de la civilización, donde el hombre acumulaba provisiones de alimentos. Al principio, los humanos toleraban a los gatos porque mataban a estas plagas y, aunque después se produjo la domesticación completa y el estatus de compañía, los gatos domésticos tienen una visión totalmente distinta de su relación con las personas que los perros.

¿Por qué muchas no pueden convivir en armonía?

La rivalidad natural entre perros y gatos puede atribuirse en gran parte a sus diferencias fundamentales en cuanto a personalidad y comportamiento. 

Los perros, conocidos por su naturaleza sociable y leal, a menudo tienen una disposición amigable y buscan la aprobación de sus dueños, lo que puede hacer que sean juguetones y deseosos de interacción constante. Por otro lado, los gatos son criaturas independientes y reservadas, que valoran su espacio y su autonomía, y pueden sentirse amenazados o estresados por la intrusión de un perro en su territorio. 

Estas divergencias en sus temperamentos naturales pueden llevar a malentendidos y conflictos entre ambos, si no se aborda adecuadamente la introducción y la gestión de la convivencia.

Sin embargo una relación sana entre perro y gato, no es imposible. Esta se debe basar en la confianza mutua entre ambos animales. El gato adquiere confianza cuando sabe que el perro no le molestará ni le hará daño.

Cada relación entre perro y gato será diferente en cuanto a la forma de interactuar entre ellos, pero hay ejercicios y procedimientos específicos que ayudarán a desarrollar una convivencia globalmente feliz o, al menos, tolerable.

¿Cómo revertir esta situación?

Hay que comprender estas diferencias. El principal problema es simplemente que los dueños desearían que sus perros y gatos se llevaran mejor, en vez de entender que ambas especies son distintas.

Los mayores problemas están relacionados con cuestiones específicas de compatibilidad, como que el perro sea demasiado juguetón y el gato demasiado miedoso, o que el perro tenga un fuerte impulso de persecución, o incluso depredador.

Cuando surgen estas cuestiones, la solución al problema debe individualizarse según el hogar y las mascotas implicadas. Muchas veces, se trata probablemente de una situación que requiere una evaluación y consulta completas para determinar cuál es el problema y cuál es la mejor solución teniendo en cuenta las mascotas, la casa, los propietarios y sus horarios.

Consejos generales para mejorar la convivencia entre perros y gatos

mejorar la convivencia entre perros y gatos

Mejorar la convivencia entre perros y gatos puede requerir tiempo y paciencia, pero aquí tienes algunos consejos generales que pueden ayudarte a mejorar algunos aspectos.

Introducción gradual

Cuando introducís un nuevo gato o perro en tu hogar, hacelo de manera gradual. Usá una habitación separada para el nuevo miembro y permití que se familiarice con el olor y los sonidos del otro animal antes de permitir un encuentro directo.

Supervisión constante

Durante las primeras interacciones, supervisá a tus mascotas de cerca. Esto te permitirá intervenir si surge algún conflicto y establecer límites claros para ambos.

Refugios seguros

Proporcioná refugios separados para cada animal donde puedan retirarse y sentirse seguros cuando lo deseen, especialmente para los gatos. Estos deben ser “lugares seguros” donde tu gato pueda correr y esconderse de tu perro cuando se sienta amenazado. Recordá que tu perro no debe tener acceso a estos “lugares seguros”.

Normalmente, estos “lugares seguros” suelen estar en sitios altos, como encima de la heladera, en la estantería de los libros o en una ventana. Aparte de un “lugar seguro”, también tenés que proporcionarles distintos sitios para comer y descansar para cada uno. Hay que dejar que tengan sus propios territorios, porque tanto los perros como los gatos son animales territoriales.

Obediencia

Cuando hay un problema entre gatos y perros, la mayoría de veces, el culpable es el perro. Esto se debe a que los perros tienen un mayor instinto de presa. Instintivamente persiguen animales pequeños y peludos como conejos y gatos, lo que hace que los gatos le tengan miedo a los perros. Una forma de frenar este comportamiento indeseado es mediante la enseñanza de la obediencia. Tu perro tiene que entender que perseguir gatos es un comportamiento inaceptable.

Tenés que enseñarle órdenes básicas como “sentate”, “quieto” y “abajo”. Estas órdenes te ayudarán a manejar más fácilmente a tu perro durante la interacción con el gato. Además, el adiestramiento de la obediencia también mejora la comunicación con el perro y crea un vínculo de confianza entre ambos.

Intercambio de olores

Claves para tener una mejor convivencia entre perros y gatos

Mientras que los humanos dependemos principalmente de la vista, animales como los perros y los gatos usan tanto el olfato como la vista para evaluar su entorno. Hacer que tu gato y tu perro reconozcan y acepten los olores del otro es un proceso importante por el que tienen que pasar antes de poder llevarse bien.

Existen algunos trucos para que se acostumbren rápidamente al olor del otro. Podés intercambiar su ropa de cama, o simplemente frotar una toalla sobre tu gato y colocarla junto a tu perro, y viceversa. Con suerte, tu perro y tu gato se acostumbrarán al olor del otro en un abrir y cerrar de ojos gracias a estos trucos.

Desensibilización

El objetivo de la desensibilización es reducir la reacción de tu perro hacia tu gato mediante una exposición continua. Muchos perros tienden a excitarse demasiado cuando ven por primera vez a un gato. Su reacción exagerada puede hacer que el gato se sienta incómodo y dificultar la interacción entre el perro y el gato. Una puerta/reja para bebés es una de las formas de lograr la desensibilización.

convivencia entre perros y gatos

Una puerta para bebés te permite separar a tu perro y a tu gato, pero ambos pueden seguir viéndose y olfateándose a través de la puerta. Si observás que tu perro se fija demasiado en el gato, desviá su atención usando juguetes o haciendo señas. Mediante la desensibilización, tu perro acabará perdiendo el interés por el gato y probablemente no reaccionará de forma exagerada cuando lo vea porque ya está familiarizado con su presencia.

Actitud positiva

Tenés que evitar retar a tu perro por cualquier circunstancia. Si retás a tu perro cada vez que interactúa con el gato, tu perro podría pensar que es culpa del gato el motivo por el que lo están retando. Esto aumentará la tensión entre el perro y el gato. Si tu perro se muestra amistoso con el gato, dale un premio y elogialo. Esto incentivará a tu perro a seguir mostrando un comportamiento más positivo hacia el gato.

Recompensas

Esto parece muy sencillo, pero los dueños de mascotas suelen pasar por alto esta práctica. Muchas veces, los dueños están tan contentos y orgullosos de estos momentos que miran y observan extasiados en lugar de aprovechar la oportunidad para recompensar el comportamiento educado de los animales. Es el momento ideal para hacerles saber a tu perro y gato que un comportamiento educado les traerá como recompensa un premio o elogios. 

Paciencia

Si tenés suerte, tu gato y su perro pueden hacerse amigos en un par de horas. Pero eso no suele ocurrir. Los gatos tardan tiempo en adaptarse a los perros y, del mismo modo, los perros aprenden a comportarse con los gatos. Tené paciencia y vas a ver que al final se llevarán muy bien. Es sólo cuestión de tiempo.

Consultar a un profesional

Si la convivencia sigue siendo problemática, considerá la ayuda de un profesional en comportamiento animal o un veterinario. Pueden ofrecer estrategias específicas para tu situación.

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