Consumo de leche en gatos: mito o verdad

Consumo de leche en gatos: mito o verdad

Consumo de leche en gatos: mito o verdad

Cuando pensamos en el alimento ideal para los gatos, inmediatamente se nos viene a la cabeza un plato de leche. Los gatos y la leche han sido asociados durante mucho tiempo en nuestra cultura, pero la realidad es que esta relación no es tan idílica como parece. Aunque en los cuentos y las películas vemos a los gatos deleitándose con un plato de leche, la verdad es que la mayoría de los gatos adultos son intolerantes a la lactosa.

Para entender esto, primero hay que saber que los gatos son por naturaleza carnívoros. 

Durante gran parte de la historia, los gatos vivían en las granjas cazando roedores y vigilando el ganado. De hecho, la razón por la que pensamos que los gatos beben leche es porque les gusta mucho la nata y su alto contenido en grasa. Principalmente, tienen devoción por la leche que sale directamente de la vaca, sobre todo después de dejar que la nata suba a la superficie.

Sin embargo, la leche que compramos ahora en los supermercados es dañina para la mayoría de los gatos domésticos. Por esta razón, es importante reconocer estas falsas asociaciones y entender por qué la leche no es el alimento ideal para nuestros felinos.

En esta nota, te explicamos todo lo que tenés que saber para conocer los riesgos del consumo de leche en gatos. 

Leche en gatos: ¿por qué no deben consumirla?

Leche en gatos: ¿pueden consumirla?

La lactosa es el azúcar presente en la leche y, al igual que muchos mamíferos, los gatos producen una enzima llamada lactasa en su organismo que les permite digerir la leche cuando son pequeños. 

Los gatos se alimentan de leche materna después de nacer. El único momento de la vida de un gato en el que su organismo tiene suficiente enzima lactasa para digerir correctamente la lactosa es al nacer y durante las 12 primeras semanas de vida. Las gatas madre producen leche durante unas 12 semanas, y los gatitos pueden intentar mamar durante todo ese tiempo. Después de 12 semanas, la enzima lactasa se disipa y los gatitos pierden la capacidad de digerir la leche.

Por esta razón, a medida que crecen, muchos gatos desarrollan intolerancia a la lactosa. Esto significa que los gatos no la pueden descomponer y digerir adecuadamente, lo que puede provocar problemas digestivos como diarrea, vómitos y malestar estomacal. Por lo tanto, darle leche a un gato adulto puede causar más daños que beneficios.

Es importante destacar que cada gato es diferente y algunos pueden tener una tolerancia mayor a la lactosa que otros. Sin embargo, como regla general, es recomendable evitar darle leche a los gatos adultos, especialmente en grandes cantidades. 

¿Es malo que los gatos tomen leche?

Aunque algunos gatos pueden tolerar la leche y parecen disfrutarla un montón, la leche de vaca no es buena para los gatos y la mayoría de los veterinarios no la recomiendan. La realidad es que los gatos no necesitan la leche de vaca; una vez que salen sus dientes, son capaces de consumir alimentos sólidos que les brindan los nutrientes y las vitaminas que necesitan.

La realidad es que pequeñas cantidades de leche no causarán demasiados problemas, aunque sea innecesaria. Sin embargo, en cantidades elevadas, la leche puede provocar algunos efectos secundarios gastrointestinales no muy agradables, como malestar estomacal y diarrea.

Como dijimos, esto se debe a que la gran mayoría de los gatos adultos no tienen suficiente lactasa, la enzima necesaria para digerir la lactosa de la leche de vaca, en su organismo. Entonces, la lactosa no digerida permanecerá en sus intestinos en lugar de pasar al torrente sanguíneo y acabará fermentando. Incluso, la leche de vaca entera, al dos por ciento y desnatada, también puede añadir cantidades poco saludables de grasa a la dieta de tu gato.

Leche en gatos: ¿cómo saber si tu gato es intolerante?

Leche en gatos: intolerancia

Lo que podés hacer es ofrecerleo una cucharada o dos de leche. Si no observás síntomas al cabo de un día, lo más probable es que tu gatito pueda consumir leche como golosina muy ocasional. La intolerancia a la lactosa provoca toda una serie de problemas estomacales que suelen aparecer entre ocho y doce horas después de beber la leche.

Los signos de intolerancia a la lactosa en gatos son los siguientes:

  • Diarrea
  • Vómitos
  • Pérdida de apetito y de peso
  • Dolor y malestar abdominal
  • Aumento del rascado
  • Podés notar que tu gato parece cansado o que pasa mucho tiempo en su caja de arena.

Si tu gato muestra signos de intolerancia a la lactosa, revisá su alimentación: algunos alimentos para gatos pueden contener pequeñas cantidades de productos lácteos.

¿Qué otras golosinas podés darle a tu gato en lugar de leche?

golosinas para gatos

Es tentador darle golosinas a tu gato por simplemente ser adorable. Sin embargo, las golosinas no deben suponer más del 10 % de la ingesta calórica diaria de un gato.

Si estás buscando golosinas para consentir a tu gato sin recurrir a la leche, hay varias opciones disponibles en el mercado que son seguras y deliciosas para ellos. Estas son algunas alternativas:

  • Golosinas de pollo o pescado: muchas marcas ofrecen golosinas específicamente diseñadas para gatos, elaboradas con carne de pollo o pescado. Estas golosinas suelen ser deshidratadas, en trozos pequeños y fáciles de masticar.
  • Golosinas de hierba gatera: la hierba gatera, también conocida como catnip, es una planta que a muchos gatos les encanta. Podés encontrar golosinas hechas con hierba gatera seca, las cuales suelen generar una respuesta de felicidad y estimulación en los gatos.
  • Golosinas de malta: la malta es un producto seguro para los gatos y se utiliza comúnmente para ayudar en la eliminación de las bolas de pelo. Podés encontrar golosinas de malta en forma de pasta o enriquecidas con otros ingredientes beneficiosos para la salud del pelaje y el sistema digestivo de tu gato.
  • Golosinas de pollo liofilizado: el pollo liofilizado es otra opción popular como golosina para gatos. Este proceso de liofilización elimina el agua de la carne sin alterar sus propiedades nutricionales, creando un snack crujiente y sabroso.

Recordá siempre revisar los ingredientes de las golosinas para asegurarte de que sean adecuados para los gatos y evitar aquellos que contengan aditivos o ingredientes perjudiciales. Además, es importante ofrecer las golosinas con moderación y como parte de una alimentación equilibrada para mantener la salud de tu gato.

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